Seguro que
todos conocéis la famosa fotografía que encabeza este artículo, pero no tantos
habéis oído hablar sobre el origen de su título. La obra pertenece al fotógrafo
americano afincado en París Man Ray, y se publicó por primera vez en junio de
1924 en el número trece de la revista Littérature.
La chica que aparece retratada es Kiki de Montparnasse, modelo, cantante y
actriz que se convirtió en musa de la crema de la intelectualidad parisina, y
sobre cuyas sugerentes curvas Man Ray dibujó la inconfundible forma de los
oídos de la caja de resonancia de un violín.
Si la obra
ya es bella y original de por sí, su título, Le violon d’Ingres (El violín
de Ingres), la enriquece aún más. Pero para darnos cuenta de ello, antes
hay que conocer algo de la historia de Ingres. Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867)
fue un pintor francés a caballo entre el neoclasicismo y el romanticismo pero,
sobre todo, un dibujante excepcional, como bien puede apreciarse en las
marcadas líneas de sus obras. Uno de sus temas preferidos son los desnudos
femeninos, que generalmente enmarcaba en un ambiente oriental exótico, como en El baño turco, que se muestra abajo.
Pues bien,
además de su pasión por la pintura, Ingres fue un apasionado de la música. Tanto
que a pesar de que nadie le oyó nunca tocar, se extendió por París el rumor de
que era un violinista magnífico. Todos sus amigos y conocidos le rogaban que
amenizase las reuniones tocando alguna pieza, a lo que Ingres respondía con una
sonrisita, aduciendo que sus días como músico habían acabado cuando a los
dieciséis años dejó la orquesta del Capitolio en Toulouse, donde era segundo
violinista. Esto dio lugar a la expresión francesa violon d’Ingres, que equivale a ‘pasatiempo favorito’, una
actividad que no es nuestra principal ocupación pero a la que nos entregamos
con entusiasmo, tal y como se decía que Ingres tocaba su violín.
Así se explica
el aspecto de odalisca ingresiana de Kiki y esa fusión entre el violín y la
pintura que, supuestamente, se daban en Ingres. Me pregunto cuál sería el
proceso creativo de esta fotografía. ¿Estaría todo planeado? Odalisca, violín,
Ingres… ¿O acaso a Man Ray se le ocurrió la idea tras revelar las fotografías
de una sesión a Kiki de Montparnasse? De cualquier modo, la asociación entre la
modelo, el concepto de ‘pasatiempo favorito’ y la historia de Ingres me parece
deliciosa.