viernes, 29 de abril de 2011

Tim Minchin, el músico irreverente

Los recursos que utilizan los humoristas en sus sketches o actuaciones suelen ser muy variados, y no es infrecuente que se recurra a la música como medio para hacer reír al espectador. El australiano Tim Minchin basa su humor irreverente precisamente en esto, en la música. De hecho, él se considera más bien músico y compositor, pero sus canciones "resultan ser graciosas". Combina su envidiable habilidad al piano con unas letras ácidas repletas de juegos de palabras (lo que no impide del todo seguir las canciones con subtítulos) y gobernadas por un gran sentido crítico.

Y es que Minchin es muy apreciado en los círculos escépticos por su continuas críticas a fundamentalistas, creacionistas y todos aquellos que menosprecian a la ciencia y se obcecan explicar el mundo desde un punto de vista puramente religioso. De hecho, despertó una gran polémica cuando en abril de 2010 publicó en Youtube un vídeo con animaciones de Fraser Davidson como respuesta a un artículo del New York Times en el que se daba a conocer que el Papa había protegido a un sacerdote que había estado importunando a jovencitos.

En lugar de este anecdótico vídeo, que utiliza un lenguaje bastante duro que puede ser ofensivo para algunos, os traigo tres canciones de Minchin en directo y subtituladas al español. En la primera, Storm, la mejor de las que yo he escuchado, hace una crítica directa a todas esas pseudociencias y pseudoecologismos que pueblan las mentes de tanto ingenuo narrando su encuentro con un espécimen realmente disparatado. En la segunda, Inflatable You, enumera todas las maravillosas virtudes de su pareja... hinchable. Es curiosa la atención que ponen los músicos en las amantes de plástico (ahora mismo me viene a la cabeza la genial Plastic Fantastic Lover, de los Jefferson Airplane, pero creo recordar que me he topado alguna vez con otras, además de la del disco homónimo de la Orquesta Mondragón), quizás por eso de que no protestan. Por último, en Rock and Roll Nerd describe al típico muchacho que quiere ser estrella de rock pero que al final sólo es un "nerd" (un "pringao") que ni bebe, ni trasnocha y ni siquiera sabe tocar la guitarra.

En fin, todo un artista provocador del que podéis encontrar muchísimas canciones más en Youtube, y substituladas al español. Espero que lo disfrutéis tanto como yo.







(Gracias a Marta por la referencia)

sábado, 2 de abril de 2011

Porque la estandarización puede ser divertida

Si tuviésemos que elegir de entre todos los avances tecnológicos de la Humanidad cuál de ellos debe más a la creatividad humana y no tanto a la observación del medio natural, sin duda escogeríamos el desarrollo del software y de Internet. En un programa de ordenador o en un protocolo de comunicación se consigue un nivel de abstracción sólo limitado por la propia creatividad del que lo crea. Así, es lógico que en ellos aparezcan numerosas referencias culturales, como los nombres del lenguaje de programación Python (por los Monty Python) o el framework web Django (por el guitarrista Django Reinhardt). Además, no es raro que se introduzcan en el código ciertas bromas, algunas difíciles de encontrar como los famosos Huevos de Pascua.

Pero no os creais que esto sólo lo aplican los desarrolladores que trabajan por su cuenta, sino que hay organismos oficiales que también lo hacen. Por ejemplo, ni más ni menos que la IETF, la organización de normalización de Internet, publica desde 1978 (aunque de forma intermitente pero cada vez más frecuente) unos RFC de cachondeo cada 1 de abril (April Fool's Day), el Día de los Inocentes en muchos países (entre ellos Estados Unidos).

Muchos os preguntaréis qué diablos es eso de los RFC. Son las siglas de Request for Comments (algo así como "Petición de comentarios"), documentos que regulan de alguna forma cómo se tiene que hacer algo en Internet: cómo se codifican los mensajes en bits, cómo se hacen las peticiones a una web, qué se debe utilizar en una comunicación multimedia, etc. Su nombre viene de que empezaron siendo proyectos que se colgaban en la Red a la espera de que la gente opinase sobre su aplicabilidad y se discutiesen posibles mejoras, aunque ahora prácticamente se toman ya como estándares definitivos.

Estos documentos de coña tienen exactamente el mismo formato que cualquier RFC, y precisamente la gracia radica en su aparente seriedad. Algunos son realmente ingeniosos, como aquél que propone un protocolo de comunicación para comprobar si se cumple el Teorema de los infinitos monos, ya sabéis, ese teorema que dice que si ponemos un número infinito de monos delante de un número infinito de máquinas de escribir terminarán al final alumbrando las obras completas de Shakespeare. El RFC contempla de todo: desde cómo controlar a todos los monos a través de mensajes hasta cómo pueden satisfacer los simios sus necesidades alimenticias. También los hay centrados en juegos de palabras, como el que traduce los mensajes SONET para trabajar sobre fibra óptica a sonetos poéticos (sonnets en inglés).

Ayer publicaron nada menos que tres nuevos RFC falsos. El primero pretende utilizar percepción extrasensorial para reducir el tiempo que tardan los paquetes en transmitirse por la red, mientras que el segundo propone emplear la atmósfera como medio de multidifusión de los mensajes, algo completamente descabellado, claro está. El último es una revisión para la nueva versión de IP (IPv6) de otro RFC de broma publicado en 1990, en el que se planteaba una adaptación del protocolo de Internet al uso de palomas mensajeras para transportar las peticiones y respuestas (y que llegó a probarse en la vida real).

No está mal esta divertida iniciativa, que sirve para rebajar un poco el tono serio que suelen adoptar este tipo de organismos en sus escritos. Para ver otros de los RFC humorísticos, hay una completa lista en la Wikipedia inglesa.

(Gracias a J.J. Merelo por la noticia)