¡Menudo el artefacto que ha caído en mis manos! Una Game & Watch Fire del año 81 que, tras encontrar unas pilas del modelo oportuno, funciona estupendamente.
Pero vayamos por partes. Para la gente que no conozca las Game & Watch, se trata de una serie de videojuegos electrónicos que sacó Nintendo a partir de 1980 y que fueron los predecesores de las videoconsolas portátiles. Cada uno tenía un único juego con dos modos de dificultad (Game A y Game B) y el control era bastante simple, generalmente con sólo dos botones (izquierda y derecha) aunque luego algunas incluían una cruceta. Los juegos eran muy sencillos pero tremendamente adictivos y había una gran variedad: se llegaron a comercializar unos 60 tipos entre 1980 y 1991. Además, servían como reloj y despertador, por lo que nunca se apagaban.
Ahora se han convertido en todo un objeto de coleccionista y se venden a un precio bastante alto. En cuanto a mi experiencia, desde que vi un par de ellas en un museo de Milán y, más tarde, en la Nintendoworld de Nueva York, me enamoré del cacharrito y, en mi conocido afán coleccionista, a lo que se une que mi fecha de nacimiento no me permitió disfrutarlas, quise conseguir una como fuese. Recordaba una magnífica reedición que hicieron para Game Boy Color de los juegos clásicos de las Game & Watch que me dejaba una vecina y a la cual eché bastantes horas (y que por cierto, también me gustaría tener u.u). Pues bien, de repente hace una semana me encuentro una en la mesa del salón de casa de mis abuelos, que al parecer había sido de mis primas.
Con la de gráficos tremendos que se hacen hoy día parece mentira que no llegue a superarse el nivel de diversión y adicción de estos jueguecitos. En este concretamente, Fire, que pertenece a la serie Widescreen, tú manejas a dos bomberos que llevan una cama elástica, y varios monigotes (el que luego pasó a ser conocido como Mr. Game & Watch) saltan de las ventanas de un edificio en llamas. Tú misión es impedir que caigan al suelo y guiarlos sanos y salvos hasta la ambulancia del otro extremo de la pantalla. Por mi parte, ya he echado un buen número de partidas (451 puntos de récord en Game A) y hasta me lo puse un día de despertador (¡qué maravilloso despertar con el sonido mono del cacharrito!). Para que lo veáis en acción, aquí os dejo un vídeo en el que aparece mi hermana jugando. Y si alguno tuvisteis o tenéis alguna, me gustaría que compartiéseis vuestra experiencia en los comentarios.
Pero vayamos por partes. Para la gente que no conozca las Game & Watch, se trata de una serie de videojuegos electrónicos que sacó Nintendo a partir de 1980 y que fueron los predecesores de las videoconsolas portátiles. Cada uno tenía un único juego con dos modos de dificultad (Game A y Game B) y el control era bastante simple, generalmente con sólo dos botones (izquierda y derecha) aunque luego algunas incluían una cruceta. Los juegos eran muy sencillos pero tremendamente adictivos y había una gran variedad: se llegaron a comercializar unos 60 tipos entre 1980 y 1991. Además, servían como reloj y despertador, por lo que nunca se apagaban.
Ahora se han convertido en todo un objeto de coleccionista y se venden a un precio bastante alto. En cuanto a mi experiencia, desde que vi un par de ellas en un museo de Milán y, más tarde, en la Nintendoworld de Nueva York, me enamoré del cacharrito y, en mi conocido afán coleccionista, a lo que se une que mi fecha de nacimiento no me permitió disfrutarlas, quise conseguir una como fuese. Recordaba una magnífica reedición que hicieron para Game Boy Color de los juegos clásicos de las Game & Watch que me dejaba una vecina y a la cual eché bastantes horas (y que por cierto, también me gustaría tener u.u). Pues bien, de repente hace una semana me encuentro una en la mesa del salón de casa de mis abuelos, que al parecer había sido de mis primas.
Con la de gráficos tremendos que se hacen hoy día parece mentira que no llegue a superarse el nivel de diversión y adicción de estos jueguecitos. En este concretamente, Fire, que pertenece a la serie Widescreen, tú manejas a dos bomberos que llevan una cama elástica, y varios monigotes (el que luego pasó a ser conocido como Mr. Game & Watch) saltan de las ventanas de un edificio en llamas. Tú misión es impedir que caigan al suelo y guiarlos sanos y salvos hasta la ambulancia del otro extremo de la pantalla. Por mi parte, ya he echado un buen número de partidas (451 puntos de récord en Game A) y hasta me lo puse un día de despertador (¡qué maravilloso despertar con el sonido mono del cacharrito!). Para que lo veáis en acción, aquí os dejo un vídeo en el que aparece mi hermana jugando. Y si alguno tuvisteis o tenéis alguna, me gustaría que compartiéseis vuestra experiencia en los comentarios.
(Gracias a mi tío Pedro por cederme el aparatito :D)