Tarkus, segundo álbum de los ingleses Emerson, Lake & Palmer, es más que un disco: supone todo un microcosmos repleto de metáforas y simbolismo, así como una herramienta reivindicativa contra los desmanes de los gobiernos occidentales. Editado en 1971, coincidiendo con la inauguración de la Conferencia Internacional de Crímenes de Guerra en Oslo, es una de las mejores obras de rock progresivo y una de las más variadas.
El disco se abre con la monumental Tarkus, cuyos 20 minutos son un derroche de virtuosismo dónde la percusión, el órgano y la guitarra arropan las ocasional voz de Greg Lake (otrora miembro fundador de King Crimson), que arremete contra las redes que tejen los poderosos y enfatiza la futilidad de la guerra. Pero además de por su calidad musical, esta pieza narra en varias partes la historia de Tarkus, una especie de tanque-armadillo que representa la industria militar y nace de la erupción de un volcán, el cual va venciendo a todos los enemigos que encuentra a su paso hasta que Mantícora, el monstruo de la mitología babilónica, le vence clavandole su aguijón en el ojo. Esta odisea está maravillosamente ilustrada en la cubierta interior del álbum a modo de cómic, y como final abierto vemos el cuerpo de Tarkus perderse en la corriente del río, sin saber si ha sido totalmente derrotado.
A esta pieza alegórica le siguen una serie de temas cuyo eclecticismo pone de manifiesto la gran capacidad creativa del trío inglés. Jeremy Bender es un alegre honky tonk de letra oscura (¿con cierta referencia incestuosa, quizás?) mientras que Bitches Crystal mezcla rock y jazz en un frenético ritmo de piano. The Only Way (que continúa con Infinite Space) tiene claras referencias a la música barroca, con su órgano de obertura y su ritmo de piano de cámara, y su letra cuestiona la existencia de Dios y defiende el humanismo ("man is man made", el hombre está hecho por el hombre). Se retoma de nuevo el rock progresivo clásico en A Time and a Place, y el disco acaba con el simpático rockabilly Are You Ready Eddie?, un homenaje a su ingeniero de sonido Eddie Offord.
En definitiva, una obra clave del rock progresivo cuya corta duración (38 minutos y medio) no le impide acoger una variedad inmensa de géneros y cuyo mensaje antibelicista y humanista se mantiene vigente hoy día.
El disco se abre con la monumental Tarkus, cuyos 20 minutos son un derroche de virtuosismo dónde la percusión, el órgano y la guitarra arropan las ocasional voz de Greg Lake (otrora miembro fundador de King Crimson), que arremete contra las redes que tejen los poderosos y enfatiza la futilidad de la guerra. Pero además de por su calidad musical, esta pieza narra en varias partes la historia de Tarkus, una especie de tanque-armadillo que representa la industria militar y nace de la erupción de un volcán, el cual va venciendo a todos los enemigos que encuentra a su paso hasta que Mantícora, el monstruo de la mitología babilónica, le vence clavandole su aguijón en el ojo. Esta odisea está maravillosamente ilustrada en la cubierta interior del álbum a modo de cómic, y como final abierto vemos el cuerpo de Tarkus perderse en la corriente del río, sin saber si ha sido totalmente derrotado.
A esta pieza alegórica le siguen una serie de temas cuyo eclecticismo pone de manifiesto la gran capacidad creativa del trío inglés. Jeremy Bender es un alegre honky tonk de letra oscura (¿con cierta referencia incestuosa, quizás?) mientras que Bitches Crystal mezcla rock y jazz en un frenético ritmo de piano. The Only Way (que continúa con Infinite Space) tiene claras referencias a la música barroca, con su órgano de obertura y su ritmo de piano de cámara, y su letra cuestiona la existencia de Dios y defiende el humanismo ("man is man made", el hombre está hecho por el hombre). Se retoma de nuevo el rock progresivo clásico en A Time and a Place, y el disco acaba con el simpático rockabilly Are You Ready Eddie?, un homenaje a su ingeniero de sonido Eddie Offord.
En definitiva, una obra clave del rock progresivo cuya corta duración (38 minutos y medio) no le impide acoger una variedad inmensa de géneros y cuyo mensaje antibelicista y humanista se mantiene vigente hoy día.
1 comentario:
Tengo que meterme el dedo en la oreja para que no se me escurra el cerebro cada vez que te expresas asi...Jejeje
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