martes, 21 de octubre de 2008

La jetée


Cuando se habla de 12 monos, película de ciencia ficción dirigida por Terry Gilliam, muchos pasan por alto que se trata de un remake de un cortometraje experimental, la Jetée, de 28 minutos rodado por Chris Marker en 1961. Quizás "rodado" no sea la palabra más adecuada, ya que la obra, calificada como "fotonovela" por el autor, está compuesta casi exclusivamente por fotografías en blanco y negro que se suceden al ritmo de la fría voz del narrador.

Nos transporta a un futuro próximo, en el que un apocalipsis nuclear obliga a los supervivientes a vivir bajo tierra, alejados de la superficie. El protagonista es un hombre al que hacen sujeto de un experimento para viajar en el tiempo, y al que obsesionan una escena que presenció de pequeño y una misteriosa mujer.

El argumento introduce una innovadora idea de viaje temporal, mental más que físico. Hay momentos en los que no sabes si lo que aparecen son recuerdos o un verdadero viaje, distinción que tampoco realiza el protagonista con éxito, a juzgar por su confusión. Pero, ¿al recordar no estamos viajando realmente en el tiempo? La película viene a decirnos que no puede cambiarse el pasado y hace reflexionar al espectador acerca de las paradojas que podrían plantearse.
En cuanto a los actores, habría que hablar más bien de "pose" que de interpretación, aunque el rostro del protagonista refleja perfectamente sus estados de ánimo. La fotografía y el sonido se aúnan de tal modo que te olvidas de que no ves imágenes en movimiento.

En definitiva, se trata de una peliculita sobrecogedora, una obra maestra de la ciencia ficción con más carga emotiva que muchas películas más largas.

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