
En esta historia, que ahora puede encontrarse en una magnífica edición integral, nos encontramos con un Bruce Wayne cincuentón retirado de la lucha contra el crimen pero agustiado ante la vileza presente en Gotham City. Una banda callejera, los Mutantes, está haciéndose con el control de todo, asustando a la población, lo que desata la furia de Batman y su vuelta a las calles. Por si fuera poco, reaparecen el Joker y Dos Caras, supuestamente rehabilitados.
La televisión se descubre como hilo conductor de la historia, intercalándose escenas de telediarios y tertulias sobre la legitimidad de Batman con las de lucha en las calles de Gotham. Y es en los episodios televisivos dónde se revela la fina ironía de Frank Miller, que presenta a unos gobernantes incompetentes y balbuceantes y a unos presentadores despreocupados, además de algún guiño a la realidad, como una parodia de David Letterman (David Endocrino), el famoso showman americano, o una isla que se llama Corto Maltés, en honor al personaje de Hugo Pratt.
También aparece Superman como un sicario del gobierno, un meapilas que se opone a las actuaciones urbanas de Batman en Gotham pero que aparece a lo largo del cómic colaborando en todas las guerras de Estados Unidos, aplastando a los ejércitos enemigos.
Todo este guión está realzado por el increíble dibujo de Miller, oscuro y sórdido, dónde hay que reconocer también el mérito de los colores de Lynn Varley. En definitiva, una gran obra, posiblemente de las mejores del género. Leedla, no os arrepentiréis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario