jueves, 19 de agosto de 2010

Origen o no te fíes del grueso de los internautas



Cuando un amigo me habló sobre el estreno de Origen, la nueva película de Christopher Nolan, no pude evitar sentir curiosidad ante las críticas que despertó en Filmaffinity, una de las webs sobre cine más visitadas. Resulta que nada más estrenarse alcanzó una calificación cercana a los nueve puntos, que luego fue bajando hasta el 8,2 actual. Para que os hagáis una idea del baremo con el que tratamos, las películas con más puntuación en la web son El Padrino, con 9,1; El Padrino II, con 8,9, y Luces de la Ciudad, con 8,7. Es decir, que Origen estuvo durante algún tiempo entre los títulos indiscutibles de la historia del cine.

Con una acogida tan calurosa, ¿cómo no ir a verla? Huelga decir que no se cumplieron los pronósticos: lo siento, pero no estamos ante una nueva obra maestra que dé un giro al cine de este poco creativo inicio de siglo. Como tal, la película no está mal. El guión es bastante correcto, con mucho siembre de dudas y vueltas de tuerca -siguiendo la tendencia de ese cine de intriga de finales de los 90 en el que se implica tanto a los sesos del espectador que estos terminan humeando mientras tratan descubrir los detalles de la trama-, aunque hay que decir que algunos aspectos del mismo están un poco fuera de tono (¿desde cuando el dueño de una multinacional se arriesga para "controlar" el trabajo sucio?) y sobra un buen trozo de metraje: demasiadas escenas de acción y explosiones muy a lo blockbuster que convierten algunos trozos en un festival de hostias bastante aburrido. Eso sí, la ambientación y el trasfondo son bastante originales, con todas esas ideas de los niveles del sueño y la posibilidad de introducirte en ellos.

Entonces, ¿qué narices es lo que ha pasado en Internet? ¿Por qué tanta gente se ha lanzado a dar tan alta puntuación a la película y por qué ha sido tan alabada por los críticos (según extractos de prensa que aparecen en la misma ficha de Filmaffinity)? Vivimos en una sociedad que tiende a glorificar lo efímero, que se enfervoriza con algo con la misma facilidad con la que lo deja de lado y que además queda eclipsada con atrevidos montajes visuales y tramas enrevesadas. Me gustaría ver la pasión que despierta Origen dentro de, pongamos, 10 o 15 años. Otro tanto le ocurre a los periodistas, que tienden a utilizar palabras rimbombantes para dar cancha a algo de lo que no se hablará dentro de poco tiempo, exagerando su importancia.

E Internet es el principal vehículo expresivo de todo esto, dónde todo el mundo expresa su opinión y las noticias corren como la pólvora. Nos obsesionamos con aplicar el criterio democrático a todo, y tenemos que asumir que las cosas no son correctas porque así lo crea la mayoría (tampoco incorrectas, ojo), sino que debemos formarnos nuestra propia visión crítica para distinguir entre las diferentes opiniones. Esto me recuerda a aquel cartel que aparece en Los Simpsons: "¡50 millones de fumadores no pueden estar equivocados!".

En fin, moraleja: tomad siempre con cautela este tipo de exhaltadas primeras opiniones y desconfiad de opiniones tan mayoritarias si no ha pasado el tiempo suficiente como para que se diluya el a veces exagerado entusiasmo inicial.

3 comentarios:

Javier dijo...

Los periodistas son todo lo objetivos que pueden, es decir, entre toda la multitud de películas sin sentido que se lanzan en estos últimos años, algo de argumento fresco y atrevido obviamente que se agradece, otra cosa es la exaltación popular que se crea.

Siempre, confusión en las entendederas.

Dedalus dijo...

Hola, Javier.

A ver, no te ofendas por ser periodista, pero ten en cuenta que no ataco a la profesión en sí sino al grueso de los que la ejercen. Y siento decirte que los periodistas de esta época recurren casi siempre a palabras hiperbólicas para calificar las cosas que aparecen nuevas. ¿Cuántas veces no has oído que tal disco es "la revolución del rock" o tal película es "la que cambiará radicalmente el género tal" y luego se han quedado en agua pasada? Así que no hay que echarle toda la culpa al público: los medios también colaboran.

DiCaprio dijo...

Esta guapa y yasta, a ti lo que te jodio fue el cazurro de atras con su " y la p... de la furgoneta" xDDD