A pesar de que parecía que no volverían, que se despedirían recopilando sus éxitos y sus fracasos, el grupo de rock urbano más aclamado del país ha resurgido con más fuerza si cabe. Extremoduro ofreció ayer en Granada un concierto genial (excepto por la nefasta organización en el transporte).
La entrega de Robe, voz y alma máter del grupo, sólo fue superada por la del guitarrista, Iñaki "Uoho" Antón. Durante casi tres horas (exceptuando un descanso de 20 minutos), recorrieron los temas más conocidos de su discografía (se echó en falta La vereda de la puerta de atrás). Además, tocaron casi entero su nuevo disco, La ley innata, con una fidelidad digna de admiración. Y cuando ya acababan los bises con Autorretrato y Robe salió del escenario, cuando el público estaba ya plenamente satisfecho, el dios Uoho hizo alarde de su maestría con un final instrumental apoteósico. Recorriendo el escenario sin camiseta (que arrojó al público), haciendo molinillos a lo Townshend, tocando los platillos de la batería con el mástil y subiéndose encima de ella, mostró su virtuosismo a la guitarra durante un largo rato (no sabría cuantificar, el tiempo se diluyó).
En definitiva, un concierto magnífico en el que Robe no podía contener la emoción ("ya sí me acuerdo", dijo tras cantar Salir). Siempre con un semblante triste, se notaba que la música es su razón de ser, que no es nada sin las giras. El nuevo disco huele a despedida, a recapitulación de lo ocurrido... esperemos que no se vayan tan pronto.
1 comentario:
Insuperable el concierto, un directo impresionante @_@.
"Golfa" fue apoteósica... la canté desde las alturas xD
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