miércoles, 27 de mayo de 2009

2112


Hoy he decidido hablar sobre mi última obsesión musical, Rush, una banda canadiense de los 70 con un estilo bastante peculiar. En 1976 sacaron al mercado un álbum magnífico, 2112, a medio camino entre el heavy metal y el rock progresivo. En este disco, los canadienses se sacudieron los prejuicios impuestos por un público muy polarizado, amante de los géneros encorsetados. Así, terminaron haciendo lo que les apeteció, sin importarles el éxito alcanzado, que no fue poco.

2112 se abre con una épica canción homónima de 20 minutos en la que la voz de Geddy Lee varía desde un tono casi susurrante hasta convertirse en un penetrante aullido heavy. Y es que en este corte, compuesto de siete partes, se mezclan las melodías suaves de órgano con potentes riffs de guitarra. La letra, compuesta por el batería Neal Peart, está muy inspirada en el pensamiento de Ayn Rand, filósofa y escritora de origen ruso que proclamaba que el individuo debe seguir su propio camino, idea que podría aplicarse al disco en conjunto. Ambientada en el futuro (Federación Solar incluida), narra la historia de un hombre que revoluciona la música rebelándose en contra del sistema, personificado por los sacerdotes del templo de Syrinx.

A este magnífico comienzo le siguen A Passage To Bangkok, canción de viajes con influencia oriental, y The Twiligth Zone, cuya letra podría ser un presagio de la película Stalker, rodada por Tarkovski en 1979. Cierran el disco dos temas más cercanos al hard rock, Lessons y Something for Nothing, entre los cuales se intercala la emotiva Tears, que parece sacada de un álbum de King Crimson. En definitiva, un disco maravilloso que exploró en su momento nuevas áreas musicales y que ha envejecido muy bien con los años.

1 comentario:

Jocántaro dijo...

Julio no encuentro na de estos que me pueda obetener, pasame algo xD