El Intermedio, el genial programa de La Sexta conducido por El Gran Wyoming, ha realizado hoy un especial Pordioseros, imitando al programa Callejeros de Cuatro, ya que, según ellos, la pobreza da audiencia. Con su ingenio característico, Wyoming ha ironizado sobre cómo este tipo de televisión está dominándolo todo.
La gente se está hartando un poco de los avatares de los famosos y ahora tienen más éxito los programas en los que se documenta la vida de la gente más corriente, desde aquellos que no pueden pagar la hipoteca o que tienen problemas con sus hijos hasta drogadictos, prostitutas o sin techo. A la masa le gusta ver que dos calles más abajo tienen a alguien que lo está pasando peor que ellos, que sus problemas no son nada comparado a los que hay fuera, y eso, señores, me parece lamentable. Si lo mediático es la desgracia de los demás, ¿qué puede hacerse para solucionarla?
A esto se le unen la increíble variedad de reality-shows, los sempiternos programas del corazón o las crónicas de sucesos, cuyo lugar es muy destacado en ciertos telediarios. Todo a costa de captar audiencia con el morbo que generan las gracias y desgracias ajenas. Vaya país, proclamo.
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