Este año se cumple el 50 aniversario de El Jabato, ése personaje surgido de la mente de Víctor Mora y de la pluma de Francesc Darnís. Y se celebra con el lanzamiento de una nueva aventura del aguerrido íbero a cargo de José Revilla y Luis A. Rodenas, dos fanáticos del personaje.
Calificado por algunos como el segundón del Capitán Trueno, el Jabato recorre todo el mundo de la Antigüedad viviendo miles de aventuras de las que siempre sale indemne (a pesar de su "Adios, amigos, éste es el fin"). Aunque no pertenezco ni de lejos a esa generación, he leído ambas series (El Jabato entero, y Trueno algo más de la mitad) y, personalmente, me decanto por el íbero. No sea por su rigurosidad histórica, igual o menor a la del Capitán, o por la verosimilitud de las situaciones. Pero, ¿a quién le importa eso cuando te transporta a un mundo noble e inocente, en el que poder uno evadirse y dónde todo sale siempre bien? Qué recuerdos: la valentía del protagonista, los juramentos de Taurus (¿por qué tendría el bigote blanco?), la escualidez de Fideo de Mileto, la belleza de Claudia, las razas exóticas, los monstruos antediluvianos que siempre surgían de algún volcán o valle en el que la evolución no había dejado sus huellas... todo de forma inocente y despreocupada, un testimonio histórico indispensable.
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