Se acusa con frecuencia a Alfred Döblin, autor de la maravillosa Berlín Alexanderplatz, de haber copiado libremente al Ulises. Si bien su principal novela está claramente influenciada por la prosa de Joyce (a pesar de que cuando se publicó la obra magna del irlandés, el alemán ya había empezado la suya), Döblin es dueño de su propio estilo y, si bien emplea con frecuencia el monólogo interior directo, maneja un narrador más omnisciente y alejado en parte de la subjetividad de los personajes.
Berlín Alexanderplatz narra la historia de Franz Biberkopf, un hombre de ideales poco definidos, impulsivo y simple, un mozo de cuerda que acaba de salir de prisión tras cuatro años de condena por asesinato. Intentará entonces retomar su vida en la zona este de Berlín comportándose de forma honrada. Sin embargo, la ciudad y sus habitantes siempre parecen volverse en su contra y truncan continuamente todos sus intentos por alejarse de los bajos fondos. Biberkopf es sin duda un personaje poco ejemplar, machista y algo oportunista, que representa a la burguesía que se enriquece con estafas y actos delictivos. Sin embargo, en el fondo su interés por rehabilitarse es sincero y resiste con estoicidad todos los reveses que le depara el destino, sin buscar venganza ni compensación.
Pero quizás el verdadero protagonista de la novela es el Berlín de los años 20, sus calles y plazas, sus tabernas y burdeles y, por supuesto, sus habitantes, que desarrollan su vida alrededor de la Alexanderplatz trabajando en lo que pueden. La situación política de la República de Weimar, con el comienzo de la implantación del nacionalsocialismo entre los ciudadanos, se refleja en las noticias y artículos que aparecen entremezclados en la novela, extractos en ocasiones literales de los periódicos de la época cuyos recortes Döblin adjuntó al original. La cosmopolita visión de Berlín y su estilo moderno hacen que esta genial novela pase a engrosar el panteón de la literatura contemporánea, a pesar de quedar algo eclipsada por la obra de Joyce. Sin duda, una maravillosa ópera urbana.
Berlín Alexanderplatz narra la historia de Franz Biberkopf, un hombre de ideales poco definidos, impulsivo y simple, un mozo de cuerda que acaba de salir de prisión tras cuatro años de condena por asesinato. Intentará entonces retomar su vida en la zona este de Berlín comportándose de forma honrada. Sin embargo, la ciudad y sus habitantes siempre parecen volverse en su contra y truncan continuamente todos sus intentos por alejarse de los bajos fondos. Biberkopf es sin duda un personaje poco ejemplar, machista y algo oportunista, que representa a la burguesía que se enriquece con estafas y actos delictivos. Sin embargo, en el fondo su interés por rehabilitarse es sincero y resiste con estoicidad todos los reveses que le depara el destino, sin buscar venganza ni compensación.
Pero quizás el verdadero protagonista de la novela es el Berlín de los años 20, sus calles y plazas, sus tabernas y burdeles y, por supuesto, sus habitantes, que desarrollan su vida alrededor de la Alexanderplatz trabajando en lo que pueden. La situación política de la República de Weimar, con el comienzo de la implantación del nacionalsocialismo entre los ciudadanos, se refleja en las noticias y artículos que aparecen entremezclados en la novela, extractos en ocasiones literales de los periódicos de la época cuyos recortes Döblin adjuntó al original. La cosmopolita visión de Berlín y su estilo moderno hacen que esta genial novela pase a engrosar el panteón de la literatura contemporánea, a pesar de quedar algo eclipsada por la obra de Joyce. Sin duda, una maravillosa ópera urbana.
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