El año que viene, la compañía catalana de teatro Els Joglars, dirigida por el provocador Albert Boadella, cumple 50 años, y para celebrarlo han estrenado una nueva obra, 2036 Omena-G, un autohomenaje por este medio siglo en escena.
Aunque quizás deberíamos hablar de antihomenaje, pues la obra sitúa a los miembros de la compañía en un hipotético 75º aniversario, afectados por los achaques propios de la edad y recluidos en un cutre campamento geriátrico, que abandonan para participar en su última actuación. En este futuro, el lenguaje se ha degradado con continuas omisiones y préstamos del inglés, y el capitalismo agresivo y pragmático lo invade todo. Porque claro, con Els Joglars nunca puede faltar ese punto de crítica al sistema, ese ataque sarcástico contra todo que busca la provocación y la agitación de conciencias.
Amén de la dirección y puesta en escena, llevadas a cabo de forma impecable por Boadella, lo que realmente merece la pena de la obra es la interpretación de los actores. Como se interpretan a sí mismos, el texto se adapta perfectamente a las capacidades de cada uno, y cada cual padece su dolencia senil característica. Con el sarcasmo que caracteriza a la compañía, los actores se autoparodian de una forma magistral, riéndose de su personalidad y dando la sensación de que realmente tienen la edad que interpretan. Ni siquiera es necesario conocer la trayectoria del grupo (yo, por ejemplo, no la conocía) para disfrutar del espectáculo, aunque supongo que ayudará a comprender algunas de las referencias al pasado.
Amén de la dirección y puesta en escena, llevadas a cabo de forma impecable por Boadella, lo que realmente merece la pena de la obra es la interpretación de los actores. Como se interpretan a sí mismos, el texto se adapta perfectamente a las capacidades de cada uno, y cada cual padece su dolencia senil característica. Con el sarcasmo que caracteriza a la compañía, los actores se autoparodian de una forma magistral, riéndose de su personalidad y dando la sensación de que realmente tienen la edad que interpretan. Ni siquiera es necesario conocer la trayectoria del grupo (yo, por ejemplo, no la conocía) para disfrutar del espectáculo, aunque supongo que ayudará a comprender algunas de las referencias al pasado.
Tuve la suerte de que entre las pocas representaciones proyectadas para esta obra tras su estreno en Sevilla, una fuese Roquetas de Mar, en Almería, donde pude verles. Ahora van a tirarse una buena temporada en Madrid, del 4 de marzo al 4 de abril, en Teatros del Canal, y luego actuarán los días 10 y 11 de abril en el Teatro Juan Bravo de Segovia. Si podéis, id a verlos. No os arrepentiréis.
1 comentario:
Ni conociendo la tayectoria de Joglars (Yo si la he seguido), se puede sintetizar mejor la obra de Boadella y su intención.
Gracias por el comentario
Paco (tio)
Publicar un comentario