domingo, 13 de septiembre de 2009

Brevísima Historia de la Astronomía (X)

En este capítulo de nuestra Historia de la Astronomía, aparece la figura de Descartes, que si bien no era astrónomo revolucionó las matemáticas con su peculiar forma de ver el mundo.

La intervención de Tycho, Kepler y Galileo significó un importante progreso en el mundo de la astronomía. Sin embargo, había que modificar radicalmente la forma de pensar para continuar progresando en la materia. El primer gran paso en este sentido lo dio Descartes a principios del siglo XVII. Decidió partir de cero, cuestionándose incluso su propia existencia, que luego resolvió como cierta (“Pienso, luego existo”). Se trata de un buen método para superar los dogmas científicos establecidos, pero Descartes no llegó más allá y cayó de nuevo en el juego aristotélico, filosóficamente hablando, otorgando a sus argumentos teológicos más solidez por ser demostrados a partir de un razonamiento “científico”. Así, afirmaba que Dios existía porque él era capaz de concebir la idea de perfección, y si la concebía debía ser cierta en algún ser.

En la cuestión matemática y física, el aporte cartesiano fue, cuanto menos, innovador. Desterraba la idea kepleriana, basada en la teoría magnética de William Gilbert, de interacción a distancia, y consideraba que materia y espacio eran lo mismo, distinguiéndose la primera por su estado de movimiento en lo que él denominaba “vórtices”. Realmente, Descartes se acercó menos que Kepler al modelo considerado correcto en la actualidad, pero sí modificó el modo de plantear los problemas científicos en el futuro. El ejemplo de su duda metódica pasaría a las siguientes generaciones, a pesar de que él se respondiese fácilmente a las preguntas que se planteaba, influenciado por sus enseñanzas jesuitas.

Todos los avances realizados a finales del siglo XVI y principios de XVII dejaban la puerta abierta a la verdadera revolución astronómica, que ocurriría poco después con la llegada de la Ley de Gravitación Universal.


P.D: Algunos os preguntaréis por qué al dedicar un capítulo a una persona destacada no pongo nunca su retrato. Supongo que son manías pero me gustó la estética que adopté al principio de sacar en las imágenes intrumentos o escritos y, si Google Imágenes me lo permite, quiero mantenerlo hasta el final.

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