Hoy en nuestra Historia de la Astronomía hablaremos del contexto científico presente alrededor de las ideas de Newton, una de las más importantes figuras de la Física que contribuyó en gran medida al avance de la Astronomía.
No podemos comenzar a hablar de Isaac Newton (1642-1727) sin referirnos antes a su entorno. En contra de lo que comúnmente se piensa, Newton no fue una especie de genio mesiánico que trajo consigo una explicación radical sobre el movimiento de los cuerpos. Es indiscutible que se trataba de una persona inteligentísima, que supo dar luz en dónde la mayoría veía sombras, pero también hay que tener en cuenta que muchas de las ideas que le atribuimos ya circulaban por los colleges ingleses. Yo lo veo como una mente privilegiada que supo unificar y dar forma matemática a esas ideas.
Así, la gestación de la Ley de la Gravedad no podría haberse llevado a cabo sin las aportaciones de Robert Hooke. Citado frecuentemente cuando se habla de muelles y fuerzas elásticas, a menudo se pasan por alto sus importantísimas tres suposiciones sobre el movimiento de los planetas. Decía que todos los cuerpos celestes ejercían una fuerza entre sí que dependía de la distancia a sus centros (aunque no supo determinar la proporción), siendo también la fuerza que permitía mantener unidas todas sus partes, teniendo sólo efecto en un radio limitado. Además, determinó que dichos cuerpos seguían una trayectoria rectilínea a no ser que alguna fuerza influyese sobre ellos.
Por esta época, en 1660, se fundó la Royal Society, que dio un gran impulso a todos los campos de la ciencia. Alrededor de ella se congregaron todas las mentes brillantes de Inglaterra, como Christopher Wren, Edmund Halley o el propio Hooke, siendo los movimientos planetarios y su causa uno de los principales temas de debate.
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